El IMSH 2023 contado por dos ingenieros médicos de la Universidad de Navarra (Pamplona).
Los americanos saben montar un buen espectáculo, de eso no cabe duda, y el IMSH nos lo ha reafirmado. Las sesiones plenarias parecían sacadas de una película: las dos primeras casi nos hicieron saltar de la silla y gritar junto a otros congresistas “oh yeah”. El tamaño del evento era enorme, 4000 participantes; la cantidad de sesiones ofrecidas hacía difícil, en ocasiones, elegir a cuál asistir y el exhibit era para perderse.
Teniendo en cuenta nuestro perfil de ingenieros (desarrollando simuladores), nos centramos en la parte más técnica del programa. Pese a predominar sesiones vinculadas a la docencia y gestión de los centros de simulación, se realizaron algunas sesiones centradas en tecnologías o en el desarrollo de simuladores.
Sí cabe destacar algo fue las sesiones de trabajo en las que nos pusimos manos a la obra. No solo por lo entretenido que fue, sino porque se conoce a gente nueva con un bagaje diferente y otra manera de pensar. Nos recordó lo importante que es entender bien la necesidad del docente y estar cerca suyo de cara al desarrollo de cualquier simulador para cumplir bien sus requisitos y no sobredimensionar un proyecto.
También estar cerca de los que preparan, usan y mantienen esos simuladores; saben lo que realmente funciona y tienen ideas brillantes. De hecho, vimos como los técnicos suelen ser también los que desarrollan simuladores en los centros de simulación. Y con relación a esto, una de las actividades que más nos gustó del congreso es lo que llaman “SimVentors”.
Un área del exhibit quedó reservada a simuladores novedosos desarrollados en muchas ocasiones por los técnicos de los propios centros de simulación para cubrir las necesidades de sus docentes, de los cuales se premiaba al mejor. Los desarrolladores mostraban y explicaban a todo aquél que se acercaba la necesidad que cubrían, como se usaban y, en muchos casos, como se podían replicar. Nos quedamos con las ganas de haber llevado alguno de nuestros simuladores. Además, estamos seguros de que el trabajo de cualquiera de nuestros compañeros de otros centros de simulación de España podría estar al nivel de lo presentado.
Pese a que no todas las soluciones expuestas tenían el mismo nivel de inventiva y desarrollo, entendemos que es un buen modo de permitir a todos los centros dar visibilidad a su trabajo, desde los que poseen más recursos a los que no pueden contar con tanto, por lo que fue entretenido ver las propuestas y comentar cómo resuelven los problemas otras personas, es una fuente importante de inspiración y motivación. Sería fantástico contar con este tipo de espacios en la SESAM y en los congresos nacionales como SESSEP.
Dentro del exhibit, las empresas desplegaron todo su arsenal: simuladores básicos, avanzados, escenarios simulados, realidad virtual-aumentada (mucha, mucha… demasiada). Es muy entretenido ver las soluciones presentadas por las empresas del sector, comentar con ellos cómo funcionan, probar el material, intentar desentrañar cómo los hacen y cómo podemos trasladar eso a nuestros trabajos en marcha o pendientes. Cómo no, también comparar los resultados comerciales con soluciones nuestras para saber cómo estamos posicionados.
Buscamos productos que nos había encargado el centro de simulación de nuestra Facultad y llenamos la mochila de catálogos y souvenirs. Dedicamos horas y no llegamos a probar todo, pero nos alegró ver soluciones sorprendentes, y no precisamente relacionadas con la realidad virtual-aumentada. Entendemos que es algo novedoso y que vende, pero creemos que tiene demasiado protagonismo. A nivel técnico aún puede mejorar pero, sobre todo, la VR tiene mucho recorrido que hacer todavía para lograr cumplir requisitos docentes que los simuladores tradicionales consiguen. A veces parece que no hay un entendimiento claro entre las necesidades de los centros y las corrientes de innovación de las empresas.
Lo más destacable, como suele ser habitual en los congresos, es el contacto con la gente. Conocer, charlar y compartir experiencias con personas que tienen tus mismas inquietudes y objetivos y vienen de lugares como Israel, Singapur, Ecuador… Vimos que no éramos los únicos ingenieros, conocimos a Serena Ricci y Mara Coduri, ambas ingenieras de la universidad de Génova con las que pudimos compartir nuestro punto de vista ingenieril del congreso. Dentro de unos años volveremos, ¡“SimVentors” nos espera!
LEE TAMBIÉN
