Escape Room en la formación de Enfermería

Los escape room son unas excelentes actividades de aprendizaje en la formación de profesionales sanitarios, tanto en postgrado, como en pregrado. Nos lo cuenta Álvaro Trampal Ramos, alias @enfermerodesimulacion

Las actividades de escape room o salas de escapismo están en auge en los últimos años en la formación de profesionales sanitarios, tanto en postgrado, como en pregrado. En este artículo analizaremos los elementos básicos que debemos tener en cuenta a la hora de elaborar esta actividad de gamificación.

En el escape room los alumnos se encuentran “encerrados” en una habitación junto al profesor y a través de tareas, acertijos y resolviendo una serie de problemas relacionados con el objetivo de la actividad, tienen que conseguir salir de la habitación en un tiempo establecido. Las actividades de escape room son una excelente herramienta de gamificación en la que podemos conseguir un nuevo aprendizaje o afianzar conocimientos existentes.

Como todas las actividades basadas en simulación clínica, debemos planificarla bien. Es importante seguir los estándares que nos marca la International Nursing Association for Clinical Simulation and Learning (INACSL) para diseñar la actividad, como la planificación de resultados y objetivos, facilitación, prebriefing y debriefing estructurado, evaluación, etc.
Un punto clave en este tipo de actividades son los materiales. Tenemos tantos materiales como alcance nuestra imaginación. Los principales materiales que se suelen utilizar son:

Candados: en el mercado tenemos una grandísima variedad de candados. Pueden ser de combinación numérica, de llave, de movimiento y con multitud de formas, colores y diseños. Son una excelente herramienta para descifrar números y combinaciones. Por ejemplo, podemos marcar como clave de apertura del candado dosis de los fármacos, posición de los electrodos, movimiento de un trazado del electrocardiograma en una derivación y un largo etcétera.
Cajas: una de las herramientas más utilizadas en los escape room son las cajas. Tenemos infinidad de tipos y modelos. Los participantes en la actividad estarán con mucho estrés, por lo que estas cajas tienen que ser resistentes, ya que, con las prisas, puede que los alumnos no sean demasiado cuidadosos con el material. En función de si queremos que se vea el contenido de las cajas o no, tendremos que comprar o fabricar cajas opacas. Además podemos añadir algún mecanismo de apertura o cierre con candado, si no viene incorporado en la caja, así como un sistema de bisagras.
Otro elemento importante es un reloj. Los alumnos deben tener muy claro el tiempo que tienen para completar la actividad. Para ello, debemos usar un reloj en el escenario; este reloj puede ser el de un ordenador o un cronómetro que tengamos en la sala de críticos.
Podemos incorporar a nuestra actividad todo el material que podamos imaginar; desde una baraja de naipes, rotulador invisible de luz ultravioleta, fotos, hasta un maniquí de alta tecnología. Todas las actividades que haga el alumno tienen que tener un propósito, es decir, un objetivo de aprendizaje. Por ejemplo, podemos poner una foto de Florence Nightingale con una interrogación en el año de nacimiento. Los alumnos tendrán que poner 1820 en el candado para poder abrirlo y descubrir la siguiente pista. Con esta simple actividad, estamos haciendo que el alumno recuerde el año en que nació Florence Nightingale.

Otro punto importante de la actividad que no tenemos que olvidar es el espacio y el tiempo. No es lo mismo hacer una actividad con un grupo al día, que varios grupos consecutivos. Lo ideal sería tener varias salas exactamente iguales para poder utilizarlas según vamos terminando con cada grupo. Mientras que usamos una, un colaborador monta nuevamente otra sala para el siguiente grupo. Sé que esto en la mayoría de las ocasiones no es factible, por lo que tenemos que programar el tiempo que nos permita colocar nuevamente el escenario para el siguiente grupo. Una solución es realizar el debriefing en una sala extra y que un colaborador vaya colocando el aula nuevamente. Para conseguir una reproducción exacta del contenido de la sala, se recomienda realizar fotografías del espacio y de los puntos clave de la actividad para que todos los grupos vivan la misma experiencia.

Al trabajar con diferentes grupos es importante remarcar el principio de confidencialidad durante el prebriefing; los alumnos no tienen que desvelar los ”trucos” del escenario a sus compañeros para que los nuevos grupos vivan la experiencia de aprendizaje al máximo.

Respecto al tiempo, es un factor importante: para ello, es recomendable realizar un pilotaje previo. Normalmente las actividades de escapismo suelen durar unos 30 minutos, incluyendo un par de salvavidas que ayuden a los alumnos a continuar si se atascan. Estos salvavidas pueden estar programados a los 10 y/o 20 minutos de la actividad; este tiempo variará en función de la complejidad de la tarea y los objetivos marcados previamente.

En conclusión, las actividades de gamificación en ciencias de la salud cada día tienen mayor importancia, permitiendo a los alumnos y docentes huir del modelo tradicional de charlas magistrales en el que los alumnos eran actores pasivos de la formación. Los escape room son unas excelentes actividades de aprendizaje, permitiendo que los participantes adquieran nuevos conocimientos o repasen los aprendidos de una forma divertida y amena.