El uso de virtual patient encounter training es cada vez más popular en la formación de las profesiones sanitarias. Sin embargo, su eficacia es poco conocida. Nuestro panel de expertos analiza cómo utilizar mejor esta nueva tecnología, superando sus limitaciones e impulsando la innovación en la formación sanitaria.
El debate
Hace muchos años que se habla de la realidad virtual; sin embargo, los recientes avances tecnológicos la han convertido en el campo apasionante y emergente que es hoy. Sus aplicaciones son vastas, y van desde el entrenamiento militar hasta los juegos. En la educación sanitaria, la tecnología de RV está cobrando cada vez más protagonismo, convirtiéndose en un nuevo eje de dirección en el desarrollo de herramientas de formación para todo tipo de usuarios, desde estudiantes hasta profesionales. Cada vez son más las facultades de medicina y enfermería y las instituciones sanitarias que están implantando la formación en el Virtual Patient Encounter para posibilitar simulaciones inmersivas repetibles que aportan una práctica de valor incalculable. De hecho, numerosos estudios indican ya que la tecnología VPE es una poderosa herramienta para la enseñanza, principalmente por su capacidad de proporcionar entornos de enseñanza inmersivos, multisensoriales y realistas, entre otras características. Estudios recientes también demuestran que, una vez cubiertos los costes iniciales, el coste de adaptación y ampliación puede ser bajo.
A pesar de las ventajas de utilizar el VPE en la enseñanza sanitaria, algunos retos y limitaciones dan lugar a un mal uso de esta tecnología. En el nuevo artículo de SIMZINE, nuestro redactor jefe Pier Luigi Ingrassia (curioso por las nuevas tecnologías) pregunta a nuestros panelistas: ¿para qué fines formativos es útil el VPE y para cuáles no? ¿Cómo encajar la formación VPE en un plan de estudios existente? ¿Requiere la formación VPE habilidades especiales para el formador? Y mucho más.
Emilia Turucz
Médico consultor de urgencias, doctor, profesor de la Universidad de Medicina, Farmacia, Ciencia y Tecnología «George Emil Palade» de Targu Mures, Rumanía, coordinador de un equipo de expertos en simulación de realidad virtual perteneciente al Centro Nacional de Simulación de Situaciones de Emergencia de Rumanía.
T.W. (Dennie) Wulterkens
Enfermero diplomado (desde 1981), especializado en Medicina de Emergencia Prehospitalaria y Clínica, Simulación Médica, Gestión de Recursos de Tripulación, ERC-Educador, Director Gerente de QT Time (institución de formación médica profesional).
Mark Weinert
Médico del último milenio, con pasión por la enseñanza y un ávido interés en explorar nuevas tecnologías para mejorar la experiencia de aprendizaje. Su formación clínica es en Anestesiología, Cuidados Intensivos y Medicina de Urgencias, también es cofundador de StellDirVor. Mark se centra en la seguridad del paciente, la comunicación y la simulación.
Empecemos por algo general: ¿para qué fines formativos sirve el Virtual Patient Encounter (VPE) y qué no se debe intentar conseguir con él?
Emilia Turucz: Virtual Patient Encounter (VPE) es una herramienta perfecta para exponer a mis alumnos a diferentes patologías y situaciones médicas de una manera muy realista, utilizando esta presentación visual de alta fidelidad de un paciente expuesto en un entorno médico realista. La interacción con casos médicos en un entorno virtual excluye cualquier daño potencial para pacientes y alumnos, que podría producirse durante un proceso de enseñanza realizado en una sala médica real. Los pacientes virtuales pueden demostrar las consecuencias de una buena o mala gestión médica, lo que permite a los alumnos aprender de sus errores y enfrentarse al resultado de sus decisiones. En términos de eficacia docente, el impacto visual que ofrece un paciente virtual y la interacción con él en un entorno de trabajo médico totalmente inmersivo y realista acercan mucho este tipo de exposición al nivel de una experiencia profesional real. No obstante, el VPE no puede reproducir todas las percepciones que ofrece la interacción con un ser humano, y su uso para el aprendizaje de la exploración física y las habilidades técnicas sigue siendo limitado.
Dennie Wulterkens: Creo que el VPE es muy útil para la simulación a pequeña escala, por ejemplo, de procedimientos y el trabajo con protocolos en situaciones estresantes o desordenadas. Al enfrentar al alumno con un paciente, rodeado de todos los medios y materiales disponibles, el alumno tiene que interpretar la situación y los hallazgos clínicos, relacionados con las acciones necesarias. Además, se puede colocar al alumno en un entorno para que aprenda a adaptarse a él. Especialmente cuando se coloca al alumno en una situación que cambia progresivamente. Por lo tanto, es una herramienta adecuada para la autorreflexión del alumno, la reflexión del instructor o instructores, la evaluación y/o la realización de exámenes. Esto último específicamente porque puedes colocar a cada estudiante en el mismo entorno con las mismas variables.
Mi experiencia personal me ha enseñado que el VPE no debe utilizarse para las habilidades clínicas, por ejemplo, la colocación de vías intravenosas o el manejo de las vías respiratorias. Los aspectos más importantes de la formación médica, como el comportamiento interhumano y la Crew Resource Management, sólo pueden introducirse si las expresiones faciales de los avatares y el lenguaje corporal específico pueden integrarse bien en los escenarios.
Mark Weinert: La formación con RV/VPE es muy adecuada para fines de educación médica que requieren el desarrollo del razonamiento clínico y la toma de decisiones en un entorno seguro y controlado. Por ejemplo, puede simular procedimientos médicos complejos, enseñar habilidades de comunicación y trabajo en equipo y ofrecer oportunidades para la práctica deliberada y la retroalimentación. Sin embargo, la formación con RV no es adecuada para todos los fines de la formación médica, como los que requieren un enfoque más práctico y táctil, o los que implican interacciones con el paciente que no pueden simularse completamente en un entorno virtual. Pensemos en los entrenadores de habilidades clásicas en los que se entrena la coordinación mano-ojo, como la canulación guiada por ecografía o la cricotirotomía. Veremos qué nos depara el futuro. La respuesta táctil real está muy lejos. Veo la retroalimentación olfativa en un futuro próximo. El olor de la sangre, por ejemplo, provoca miedo y excitación en segundos, aunque no se reconozca conscientemente.
¿Cómo encajar la formación en VPE en un plan de estudios existente?
DW: En mi opinión, aprendemos en diferentes niveles: teoría, habilidades, escenarios y simulación. Los tres primeros están integrados en todos los cursos de «Soporte Vital». Para muchas profesiones médicas es obligatoria una combinación de cursos de Soporte Vital. Al integrar la VPE en estos cursos se puede introducir un entorno más realista, un encuentro con el paciente y un entorno ajustable. Por lo tanto, los cursos serán mucho más atractivos. Además, al ser obligatorios, pasarán a formar parte del plan de estudios.
Uno de los retos de la formación continua es mantener motivados a los profesionales médicos entre los cursos iniciales y los de actualización. Esto se puede estimular bien ofreciendo escenarios que puedan proporcionar retos, profundización sustantiva y exámenes que constituyan el paso lógico a un curso siguiente. La motivación puede mejorarse mediante la acreditación de cada uno de los escenarios que ejecuta el alumno. Si es posible, un dispositivo autónomo o remoto puede ofrecer la oportunidad de practicar en cualquier momento o lugar conveniente, incluso con un instructor a distancia.
MW: Existen diferentes maneras de integrar la formación en RV en un plan de estudios existente. En primer lugar, como con cualquier herramienta nueva, es importante determinar los objetivos de aprendizaje que se pretende alcanzar con la formación en RV. Y éste es el paso más importante. No sirve de nada meter a la fuerza un cuadrado en un agujero, sólo porque quiero utilizar la tecnología, pero el objetivo de aprendizaje no coincide con el vehículo. Luego hay que determinar qué partes del plan de estudios podrían sustituirse o complementarse con formación en RV para alcanzar esos objetivos. Por último, la formación en RV debe integrarse perfectamente en el plan de estudios, sin interrumpir el flujo de aprendizaje. ¿Qué quiero decir con esto? Empezar con una meta y un objetivo de aprendizaje claramente definidos con la herramienta adecuada y luego ampliarlos. La formación en RV está aquí para complementar las herramientas que tenemos, no para sustituirlas.
ET: En mi opinión, el principal beneficio de la formación en VPE es el desarrollo del pensamiento crítico: es una forma muy buena de ejercitar los procesos de toma de decisiones y de aprender a aplicar protocolos médicos y algoritmos de gestión. Sin embargo, en mi opinión, puede aplicarse de forma rentable a cualquier tipo de programa de enseñanza relacionado con la atención sanitaria, desde la escuela primaria hasta la universidad, e incluso a programas de formación profesional muy selectivos. En cuanto a la metodología de enseñanza, la formación en VPE puede situarse entre la simulación de alta fidelidad y la enseñanza a pie de cama. Yo la considero complementaria a ambas: el principal valor añadido lo representa el entorno de trabajo realista y estresante en el que los alumnos están totalmente inmersos.
Normalmente, el facilitador cuenta con formación específica en simulación impartida en cursos formales y/o en ofertas de formación continua. ¿Requiere la formación VPE habilidades especiales para el formador?
MW: Sí, la formación en RV requiere aptitudes especiales de facilitación. El moderador debe ser capaz de gestionar el entorno virtual, supervisar y evaluar el rendimiento de los alumnos, proporcionar retroalimentación y ajustar la simulación para cumplir los objetivos de aprendizaje. El moderador también debe estar familiarizado con el programa específico de formación en RV que se utilice y ser capaz de solucionar problemas técnicos. Ser tecnófilo ayuda. No es necesario ser un nativo digital; aun así, tienen sus ventajas.
ET: El VPE es una nueva herramienta pedagógica que tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Para utilizarla de forma eficaz, es necesario elaborar una metodología de enseñanza adaptada y, tal vez, hacer hincapié en algunas habilidades especiales del formador. Todos los cursos formales existentes relacionados con la enseñanza basada en la simulación son sin duda beneficiosos en este contexto, pero con todas estas habilidades todavía estamos experimentando con la formación VPE, no controlándola. ¿Cuándo debe el instructor estar inmerso con el alumno, cuándo debe controlar la simulación desde fuera; cómo debe el instructor seguir las habilidades blandas desde fuera y cómo puede controlar el escenario cuando está inmerso? ¿Cuántos instructores se necesitan para una formación VPE? ¿Trabajo en equipo o formación personal? Preguntas como éstas surgen en cada uso de la formación VPE.
DW: La formación en VPE requiere competencias específicas. La interacción con los alumnos es diferente. Tanto en aspectos humanos como la observación y la comunicación como en el aspecto técnico. Guiar el escenario e interactuar con la comunicación requiere habilidades y conocimientos específicos, tanto técnicos como no técnicos. Tenemos que hacernos la siguiente pregunta: ¿será suficiente un instructor o necesitaremos al menos dos? Por supuesto, esto depende del número de alumnos que participen o de la complejidad del escenario. Tal vez se pueda prever un incidente con varios heridos, guiado por un equipo de instructores. Esto significa que una buena preparación y puesta a punto del equipo de instructores es primordial. De nuevo: esto exigirá habilidades específicas por parte de los instructores/facilitadores.
¿Qué lagunas deben colmarse en el VPE para acelerar su uso?
ET: En primer lugar, necesitamos una metodología didáctica adaptada. Necesitamos orientar a los instructores para fomentar el uso del VPE. Aparte de una interfaz técnica fácil de usar, el miedo a perder el control sobre el escenario por parte del instructor es uno de los principales impedimentos para la integración y aplicación del VPE. Un escenario VPE preestablecido podría no ajustarse a la velocidad de toma de decisiones del alumno y un escenario VPE «sobre la marcha» podría ser difícil de seguir y controlar. Todos estos temores pueden superarse con una orientación inicial adecuada.
DW: Tras haber entrenado con distintos dispositivos, la principal queja de los alumnos es la falta de realidad humana. En otras palabras: los avatares, pero sobre todo los coprotagonistas del escenario, son poco visibles. Así, la inmersión y, por tanto, la experiencia de la vida real no son óptimas. El comportamiento humano, visible y audible, necesita mejorar. Deben mejorarse las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Esto incluye tanto al paciente como a los cuidadores que le rodean e incluso a los avatares.
Otra posibilidad es entrenar incidentes casuales múltiples. Debido a muchas cuestiones logísticas, los profesionales médicos no lo entrenan bien. VPE puede ser la solución para proporcionar este tipo de formación de forma regular, sin depender de factores externos como Bomberos, Policía, etc.
MW: No cabe duda de que hay lagunas que deben colmarse en los cursos de formación en RV. Por ejemplo, es posible que se necesiten programas de formación y herramientas de evaluación más normalizados para garantizar que la formación en RV sea eficaz y coherente en los distintos entornos e instituciones. Además, se necesita más investigación (como es habitual) para determinar las formas óptimas de integrar la formación en RV en los planes de estudios médicos y para identificar las maneras más eficaces de utilizar la formación en RV para lograr objetivos de aprendizaje específicos.
Quería hacerles una última pregunta sobre la investigación. La literatura ya ha demostrado el impacto de la formación basada en la simulación tanto en los estudiantes como en los pacientes. ¿Qué investigación es necesaria para que el VPE con RV sea plenamente aceptado y/o certificado?
MW: Para que la RV sea plenamente aceptada y/o certificada (en el futuro), es necesario seguir investigando para establecer la validez y fiabilidad de la formación en RV como medida de la competencia clínica. Ya sabemos que la gran emoción de estar inmerso ayuda a una mayor retención del aprendizaje. Además, será importante establecer normas y directrices para el uso de la formación en RV en la educación médica y garantizar que los programas de formación en RV cumplen estas normas y directrices. Se están realizando esfuerzos para definir normas, pero estamos lejos de establecerlas a escala internacional o incluso nacional. En mi opinión, la pregunta de investigación más apremiante es: ¿qué competencias deberían formarse mejor como VPE? Asimismo, ¿qué papel desempeñará la Inteligencia Artificial en el VPE?
DW: A efectos educativos es importante saber qué elementos son necesarios para que el alumno viva una experiencia real. Si queremos avanzar más allá de los procedimientos, tenemos que saber en qué áreas es necesario evolucionar: habilidades, lenguaje corporal, expresiones faciales, entornos reconocibles, etc.
Y de nuevo: se puede hacer una encuesta para ver si hay un papel para la VPE en incidentes con múltiples víctimas.
ET: Se necesitan más trabajos de investigación para identificar los beneficios y las carencias de la formación VPE aplicada en diferentes contextos educativos. Sería interesante hacer un seguimiento del impacto de la formación VPE en los resultados del aprendizaje a largo plazo en comparación con otras metodologías de formación. También son necesarios estudios sobre la rentabilidad y la metodología de aplicación.
Conclusiones
El Virtual Patient Encounter es una nclusiones herramienta perfecta para exponer a los alumnos a diferentes patologías y situaciones de una manera muy realista, utilizando una presentación visual de alta fidelidad de un paciente en un entorno médico realista pero seguro y controlado. La formación VPE es muy adecuada para fines educativos que requieren el desarrollo del razonamiento clínico y la toma de decisiones, menos para aquellos fines que requieren un enfoque táctil. Es necesario proporcionar orientación a los facilitadores para fomentar y acelerar el uso del VPE. De hecho, la formación en RV requiere habilidades especiales de facilitación, como la gestión del entorno virtual, la supervisión del rendimiento de los alumnos, la retroalimentación y el ajuste de la simulación para cumplir los objetivos de aprendizaje.
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