Desarrollo de habilidades: cómo mantener, modificar y/o eliminar acciones en la dinámica de trabajo.
Cuando los participantes o alumnos terminan una simulación clínica, salen con un conjunto de sensaciones y percepciones que no siempre coinciden con las de los observadores y/o evaluadores. Cuántas veces hemos dado por sentado que hemos realizado acciones que en realidad nos hemos olvidado de hacer o las hemos hecho de una forma que no esperábamos sin ser conscientes de ello.
En situaciones como ésta, visualizarte en vídeo tras ejecutar cualquier tipo de juego de rol te permite analizar todo lo que hiciste en el momento de tomar decisiones según el contexto en el que te encontrabas, y es entonces cuando reconoces acciones correctas, mejorables y/o ausentes.
Sin embargo, no siempre tenemos la capacidad de detectar lo bien ejecutado que debemos mantener, lo mal ejecutado que debemos cambiar o dejar de hacer, incluso lo no realizado que debemos esforzarnos por incorporar, y para ello la figura del evaluador o instructor es quien nos guía cuando no somos capaces de notar mejoras y quien nos lleva a reorientar aquellas habilidades a desarrollar en función de nuestro desempeño en la simulación.
Para conseguir todo esto, el vídeo es la herramienta clave y su gestión es un aspecto muy importante presente en todos los escenarios. Partiendo de estas premisas nace ViTAG.APP, una plataforma online para catalogar, interpretar humanamente, etiquetar y compartir vídeos y datos de forma segura y sencilla, por la que ya han empezado a apostar algunos centros de simulación en España.
Cualquier vídeo puede gestionarse a través de la plataforma para que pueda ser compartida,de forma segura y cumpliendo la normativa vigente, con los usuarios deseados: sólo el usuario objeto de la grabación, usuario + instructor, sólo instructor, grupo completo de la sesión… todo ello según la necesidad concreta y el objetivo que se persiga.
Una vez que los usuarios tienen acceso a los contenidos, éstos pueden configurarse como de sólo lectura, compartidos o de evaluación individual. La evaluación consiste en etiquetar en la línea de tiempo del vídeo, siguiendo una rúbrica/ítems de evaluación previamente configurados.
Todo esto permite infinitas posibilidades:compartir vídeos de simulación con participantes y/o evaluadores; clasificarlos y tenerlos como repositorio para futuras consultas; compartirlos sin etiquetar por el instructor para una autoevaluación del participante y que pueda realizar un debriefing más enriquecedor tras verse a sí mismo; compartirlos sin etiquetar por el instructor pero con la posibilidad de que el alumno se etiquete a sí mismo para que el instructor pueda evaluar y detectar cómo se ve el participante y qué detecta sobre su actuación (interesante para debriefings remotos o asíncronos); compartirlos etiquetados para que el participante pueda visualizar las anotaciones y evaluaciones del instructor a modo de corrección; compartirlos con un grupo de participantes para que puedan analizar y etiquetar (o no) conjuntamente el mismo vídeo; compartir vídeos con investigadores, sin identificar a los sujetos de grabación, para obtener y analizar los datos objeto de estudio; permitir a los participantes subir sus propios vídeos para compartirlos y que sean evaluados por ellos mismos, entre compañeros o por el instructor… y un sinfín de fórmulas cuyo límite está en la imaginación de cada centro.
Todo esto…
– Centralizar y organizar los vídeos en una única plataforma accesible desde cualquier dispositivo y lugar, sin necesidad de subir los vídeos a servidores externos.
– Etiquetando los vídeos con información relevante (como título, descripción, categoría, fecha, autor, etc.) y con marcas de tiempo que indiquen momentos clave o acciones realizadas. Las etiquetas facilitan la búsqueda y el filtrado de los vídeos según distintos parámetros.
– Conexión de vídeos con sistemas externos que proporcionan datos adicionales, como sistemas biométricos (temperatura, presión sanguínea, nivel de oxígeno en sangre, etc.), telemétricos (posición, movimiento, velocidad, etc.) o de inteligencia artificial (reconocimiento facial, de voz, de emociones, etc.). Estos datos se sincronizan con el vídeo y se muestran en una línea de tiempo o en un panel lateral. Estos datos proporcionan una visión más completa y precisa de lo que ocurre en el vídeo, lo que facilita su interpretación y evaluación.
– Compartir los vídeos con otros usuarios o grupos, lo que permite verlos, comentarlos y puntuarlos conjuntamente.
En la actualidad, los centros que ya lo utilizan afirman haber mejorado su eficacia en el debriefing, habiéndose abierto muchas posibilidades, especialmente en lo que se refiere a la autoevaluación del participante/alumno, lo que aumenta la capacidad reflexiva, la autocrítica, la detección de errores y el interés por mejorar.
El sistema permite una vinculación masiva de vídeos, de forma que con un fichero CSV previamente trabajado, se asocia cada vídeo a cada participante, agilizando la gestión de los contenidos y permisos de los mismos. Este aspecto, según los usuarios actuales de la plataforma, ha permitido optimizar exponencialmente el tiempo de gestión de los vídeos desde su incorporación.
Un verdadero avance en el campo de la simulación clínica.
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