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Cuando la anatomía virtual es un descubrimiento

Gabriella Andriolo
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La historia de cómo una mesa de anatomía virtual fue un descubrimiento para todos: profesores y alumnos.

¡Los cadáveres virtuales pueden ser un verdadero hallazgo!

Esta es la premisa y explicaré por qué.

Hace unos cuatro años tuve la oportunidad de convertirme en especialista en un innovador simulador de imágenes 3D para la anatomía humana, una mesa anatómica virtual [Anatomage Table] [Anatomage Table] en el Centro de Simulación CeSi (CPS, Lugano, CH): fue el primer dispositivo de este tipo comprado en Suiza y usado en muy pocas realidades europeas, venía de Estados Unidos, el país de los grandes descubrimientos, ya se sabe. Inmediatamente comprendí el gran potencial de la herramienta: cuatro cadáveres reales donados a la ciencia, disecados y digitalizados, la posibilidad de acceder a cientos de casos clínicos y verlos en 3D. Me dije a mí misma: «¡Enseñar anatomía, de ahora en adelante, nunca será lo mismo!»

El primer descubrimiento fue mío, no hace falta negarlo.

Empecé a usar la herramienta, o más bien a aprender a usarla. Mi mentalidad de investigadora y, por tanto, exploradora de nuevas realidades experimentales me ayudó en esto. Aparentemente puedes desanimarte por los diferentes comandos que presenta el instrumento, pero con paciencia todo es más fácil, sobre todo si el resultado final es visualizar una anatomía virtual con un cadáver en 3D, que te permite «entrar» en los órganos, diseccionarlos virtualmente, aislarlos y rotarlos en el espacio.

Me enfrenté a la posibilidad de crear un método de enseñanza diferente: interactivo y atractivo. Esto me ha motivado profundamente a descubrir todo el potencial de esta herramienta para comprender qué tipo de enseñanza se puede ofrecer y qué se puede experimentar y lograr.

A esa altura, tenía que enseñar la herramienta a otros profesores.

Debo admitir que no siempre fue fácil lograr que lo usaran. Muchos profesores habían estado enseñando «anatomía tradicional» durante años, con imágenes bidimensionales extraídas de libros de texto, y me dijeron que estaban contentos con eso. Pero no me rendí y agregué: “Dame una oportunidad, intentemos dar la misma lección que darías sobre el sistema cardiovascular con anatomía virtual. Te voy a ayudar.» Habiendo adquirido un mínimo de confianza en esta nueva tecnología, comencé mi demostración: usé cadáveres virtuales, configuré el sistema cardiovascular, resaltado en diferentes colores para que fuera más simple y didácticamente intuitivo, giré en el espacio, agrandé, reducí y simulé el flujo sanguíneo, quité el aparato respiratorio y lo volví a poner, visualicé las cavidades, diseccioné el corazón mientras latía, lo visualicé en transparencia, abriendo y cerrando las válvulas, girando hacia arriba y hacia abajo… Los profesores miraban todo esto con gran asombro. ¡Ahora finalmente entendían el potencial! Se puede crear una lección de anatomía virtual a partir de un cadáver real, se puede personalizar, se pueden crear nuevas imágenes: finalmente ya no era la lección que se adaptaba al material didáctico que estaba en los libros o en la web, sino el profesor que creaba el material didáctico apropiado para su lección. ¡Gran descubrimiento, nada que añadir!

Bueno, pasemos a los estudiantes.

Les di la bienvenida en el aula, me colocaron detrás de la mesa anatómica y detrás de mí, se mostró en dos pantallas grandes, el cadáver virtual que utilizaría. Apenas entraron los alumnos, me miraron con curiosidad: ya habían entendido que no sería la lección de anatomía «de siempre». Ellos se sentaron. Silencio. Ojos en mí. No se perdieron una sola palabra y un solo movimiento durante la lección. Empecé contando la historia de la mesa anatómica, por qué se creó, cuáles son sus características y potencialidades y cómo la utilizaríamos. Durante la lección, conseguí captar su atención: muchos de ellos ya habían estudiado los conceptos básicos de anatomía pero nunca la habían visto de esta manera. Comenzaron a reelaborar sus conocimientos, a pedir más información. Con curiosidad y entusiasmo se acercaron a la mesa para buscar las respuestas a sus preguntas. ¡Aquí, finalmente, una lección verdaderamente interactiva! «Bueno chicos, la lección ha terminado, ¡gracias!» Dije al final, y su respuesta: “¿Pero cómo? ¿Podemos quedarnos más tiempo?”. Bueno, ¡si ese no es otro gran descubrimiento!

Gabriella Andriolo
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Gabriella Andriolo

Centro di Simulazione (CeSi), CPS Lugano View all Posts

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