Por qué la sociedad científica, la industria y los profesionales deben trabajar juntos para aumentar la cultura de la simulación.
La simulación en Italia, en Europa y en el mundo está creciendo. Al menos en números. Nuevos centros o laboratorios de simulación pueblan la Academia, se compran modernos simuladores y task trainers, y cada vez son más las iniciativas de formación que decantan ser «basadas en simulación».
Pero, ¿también está cambiando la cultura relacionada con la simulación?
El verdadero tema que subyace en cualquier esfuerzo y acción es puramente el sanitario, se trata de la calidad y seguridad de la atencióna nuestros pacientes. El fomento de la simulación, en efecto, debe tener como finalidad principal y única el aumento de la calidad asistencial mediante la mejora de la formación y actualización de los actuales y futuros profesionales.
En este contexto de cambio cultural radical, la relación entre la sociedad científica de referencia y la industria, es decir, aquellas empresas que producen y/o distribuyen dispositivos de simulación, juega un papel fundamental. Se debe considerar fundamental, y quizás casi imprescindible, establecer un camino compartido para desarrollar una estrategia sinérgica y transparente que obviamente respete las prerrogativas y misiones de todas las partes. La sociedad científica tiene el papel de reunir a generaciones de profesionales que comparten conocimientos y visiones y perfilar los valores de esta nueva disciplina, para que pueda evolucionar adecuadamente. La Industria, además de una diferente disponibilidad de recursos [anche economiche], tiene un contacto capilar y directo con stakeholders aún más periféricos, interactuando de manera personal con los profesionales que planifican y utilizan la simulación y tomando conciencia de realidades que tal vez la propia Sociedad Científica desconoce. Un diálogo cooperativo y sinérgico, por tanto, sólo puede tener éxito, no para la sociedad científica, no para la industria o parte de ella, sino para todos nosotros los profesionales y especialmente los individuos, como potenciales pacientes en el transcurso de nuestra vida.
La participación en convenciones, congresos y ferias comerciales es, por consideración universal, una experiencia esencial en el desarrollo cultural y profesional, tanto porque representan la forma más tradicional y sólida de presentar y discutir los resultados científicos de diferentes personas, como las innovaciones más recientes, porque son el lugar ideal para el “reconocimiento” profesional y para el intercambio interdisciplinario de información entre expertos. La colegialidad profesional, que en esta época reciente también está mediada por el medio electrónico, es una herramienta crucial para el desarrollo de una disciplina y de una profesión, sobre todo si es nueva, porque los humanos somos animales sociales, como ya decía Aristóteles.
Respetando la independencia y los intereses de cada uno, este es el momento de iniciativas coordinadas con una visión común. La sociedad científica, la industria, los profesionales de la salud y la formación deben trabajar juntos, de lo contrario la cultura, el desarrollo y la investigación se detienen a costa de nosotros, los pacientes y todo el sistema de salud.
